- Elena García Hernández, Área Sales Manager de Certificación de TÜV Rheinland Iberia, comparte con nosotros, en una breve entrevista, su perspectiva y opinión acerca de las novedades y exigencias del nuevo marco normativo en materia de reporting de sostenibilidad.
Elena es ingeniera medioambiental y cuenta con más de 25 años de experiencia en sostenibilidad, siendo en la actualidad responsable para Iberia de la dirección de ventas de certificación de productos y sistemas de gestión en TÜV Rheinland, desde donde impulsa el papel que juegan, las entidades de verificación y certificación, como expertos independientes, en materia de sostenibilidad.
Desde tu experiencia profesional, ¿Cómo ha ido evolucionando el sector de la energía y la sostenibilidad? ¿En qué momento nos encontramos?
Recuerdo, hace más de 25 años, cuando empecé mis estudios de medio ambiente, muchos me preguntaban extrañados: ¿Qué estás estudiando qué? … Afortunadamente, hemos evolucionado a un ritmo vertiginoso hasta el día de hoy donde conceptos como sostenibilidad, eficiencia energética, energía renovable, economía circular, RSC… han pasado a estar en el candelero, colándose en nuestro vocabulario cotidiano.
Quedan lejos aquellos tiempos en los que la sostenibilidad era el convencimiento de unos pocos, pasando a ser uno de los ejes estratégicos de las políticas europeas, desde donde se ha decidido liderar una transformación justa hacia una economía baja en carbono, que ha puesto en marcha todo un tsunami regulatorio en materia ambiental, social y de gobernanza (ESG).
Me atrevería a decir que nunca hemos vivido un momento como el actual, donde la legislación en materia de sostenibilidad avanza a pasos agigantados.
Los que trabajamos en sostenibilidad llevamos todo el año 2022 muy atentos a todos los cambios regulatorios, y efectivamente, como ya preveíamos, está siendo un final de año “movido” en lo que se refiere a taxonomía europea y reporte de información no financiera, o mejor dicho; “información sobre sostenibilidad”, tal y como señala la nueva Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa (CSRD) que acaba de ser aprobada por el Consejo Europeo, este pasado 28 de noviembre.
Esta nueva Directiva se suma a otras normativas europeas como el Reglamento de Taxonomía, la Directiva de Debida Diligencia Empresarial en materia de Sostenibilidad (CSDD), el Reglamento de Finanzas sostenibles (SFDR) o la Ley de Clima de la UE… dando comienzo, en mi opinión, a una nueva era en materia de sostenibilidad en Europa impulsada por la regulación.
Respecto a esta nueva Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa CSRD, ¿cuáles son las principales novedades?
La Directiva CSRD (Corporate Sustainability Reporting Directive obligará a más empresas a publicar información detallada sobre cuestiones de sostenibilidad. La transposición de esta Directiva en España supondrá la modificación de la Ley 11/2018 en materia de información no financiera, y obligará a más empresas a divulgar información sobre el impacto de su actividad, introduciendo requisitos de información más detallados, aclarando quién, cuándo y cómo se ha de reportar la información relevante sobre sostenibilidad.
¿Cuándo será de aplicación? ¿Qué empresas se verán afectadas?
En cuanto a plazos, los requisitos de información se introducirán gradualmente entre 2024 y 2028. Las grandes empresas de interés público con más de 500 empleados ya sujetas a la Directiva sobre información no financiera tendrán que aplicar la nueva normativa a partir del 1 de enero de 2024.
Las empresas que, por el contrario, no están sujetas actualmente a dicha normativa, con más de 250 empleados y/o una facturación de 40 millones de euros y/o 20 millones en activos totales, deberán presentan la información en 2026 sobre el ejercicio de 2025 y será en 2027 cuando las pymes cotizadas deban presentar información sobre el ejercicio 2026 (con posibilidad de exclusión voluntaria hasta 2028).
Finalmente, las empresas de terceros países con un volumen de negocios neto superior a 150 millones y al menos una filial o sucursal en la Unión Europea deberán presentar información a partir de 2029 sobre el ejercicio 2028.
¿Qué información deben reportar las empresas?
Hasta ahora, existían numerosos marcos de referencia para el reporte de sostenibilidad, lo que sinceramente generaba confusión en el mercado (tanto a los que querían o debían reportar, como a los inversores o partes interesadas que consultaban dicha información).
La buena noticia es que, días antes de que se aprobara la Directiva, también en noviembre de este año, la EFRAG (Grupo asesor europeo de información financiera) aprobó el conjunto de Estándares Europeos de Informes de Sostenibilidad (“ESRS”), a través de los cuales se unifican los diferentes marcos de reporte existentes tanto voluntarios como obligatorios, que constituirán el único marco de reporte de sostenibilidad válido.
Se evitará así la existencia de normas de sostenibilidad divergentes, contribuyendo a una mayor transparencia dando respuesta a la demanda de los mercados financieros y su necesidad a tener acceso a información medioambiental, social y de gobernanza que sea fiable, relevante y comparable.
Este nuevo marco definido en los ESRS adopta una estructura similar al Global Reporting Initiative (GRI), lo cual es una muy buena noticia para aquellas empresas que ya venían utilizando desde hace años el estándar GRI para el reporte de sus informes de sostenibilidad y su posterior verificación externa.
Has comentado una posterior verificación externa. ¿A qué te refieres?
Uno de los aspectos clave de la nueva normativa es que exige que la información reportada por las propias organizaciones sea verificada externamente de forma independiente, abogando por la transparencia, credibilidad y fiabilidad, ofreciendo a todas las partes interesadas la garantía de que el informe es un reflejo preciso y completo del desempeño en materia de sostenibilidad.
En este sentido, y por nuestra experiencia realizando verificaciones de memorias e informes de sostenibilidad a nivel mundial y desde hace más de 15 años, entendemos que el papel de un verificador acreditado, riguroso e independiente es crucial para evitar fenómenos tanto de Green-washing como de Greenhushing (ecosilencio), siendo capaces de trasmitir que la información es verdadera y no una herramienta de marketing para atraer inversores.
¿Qué esperas de estos cambios en el futuro? ¿Eres optimista?
Sin duda avanzamos hacia una nueva etapa del reporting corporativo que contribuirá a la transparencia con información más relevante y veraz sobre el desempeño corporativo de las organizaciones en materia de sostenibilidad.
Quiero ser optimista y pensar que todos estos cambios normativos ayudarán a promover nuevos modelos de negocio, centrados en lo realmente importante, en los riesgos e impactos, sobre el medio ambiente, los derechos humanos y la salud de las personas.
Por nuestra parte, como entidad independiente y neutral, seguiremos trabajando en el apasionante reto de contribuir a transformar la sociedad, aumentando la transparencia, credibilidad y generando confianza, velando por un mundo más sostenible, que genere valor para las personas y el medio ambiente.