El pasado día 31 de marzo tuvo lugar en el Salón de Actos de la Dirección General de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid la Jornada sobre Financiación de Proyectos de Eficiencia Energética Municipales. La bienvenida estuvo a cargo de Carlos López Jimeno, Director General de Industria, Energía y Minas de la Comunidad de Madrid. Elena González, Directora de ANESE, analizó el papel de las empresas de servicios energéticos (ESE) como garantía de ahorro energético para los municipios, y empezó por hacer una breve presentación de la Asociación que representa, pasando a definir el actual marco legal y normativo. Hizo sobre todo referencia a la Directiva Europea de Eficiencia Energética y a su trasposición tardía y en fases a la realidad del mercado español, con especial referencia al reciente RD56/2016.
Elena González, aprovechó para recordar qué es una ESE, definiéndola como “aquella empresa que proporciona servicios de mejora de la eficiencia energética afrontando cierto riesgo al hacerlo, y que basa el pago de los servicios prestados en la obtención de ahorros energéticos”. También explicó a los asistentes las diversas etapas de un proyecto ESE: la inspección y evaluación del caso; la auditoría energética con evaluación; los indicadores financieros; la definición del contrato; la presentación técnico-económica contractual y aprobación; la ingeniería de detalle; la instalación, dirección de obra y puesta en marcha; la operación, mantenimiento y optimización; y la monitorización, verificación y facturación.
Ventajas del modelo ESE
También hizo especial hincapié en las ventajas del modelo ESE a la hora de garantizar ahorros, pasando a subrayar la importancia de la Clasificación Certificada de ESEs de ANESE. Y no quiso dejar de explicar que los municipios pueden y deben recurrir cada vez más al modelo ESE en sus proyectos empezando por “analizar el potencial de ahorro existente y las inversiones necesarias; y se deciden contratar a una ESE conseguirán un importante número de ventajas, tales como subcontratar la gestión energética y mantenimiento las instalaciones durante un periodo largo de años; convertir un coste variable en los presupuestos municipales en un coste fijo durante varios años; renovar las instalaciones ‘sin coste’; reducir las emisiones de gases efecto invernadero; mejorar los niveles y la calidad de la iluminación en sus calles y edificios y/o la climatización; y velar por el control de la contaminación lumínica y la luz intrusa y asegurar un ahorro energético y económico”.